En esta cita mensual con la literatura me he atrevido con un libro que me ha dejado noqueada. Me lo habían recomendado varios amigos y me lo regalaron por mi cumple, así que una mañana que tuve ociosa me tumbé en el sofá y no me levanté hasta que lo terminé.
De una sentada.
Cuando me levanté a comer, sentía como si me hubieran golpeado en el estómago. Una patada en el estómago más concretamente.
Y es que “Subsuelo”, del argentino Marcelo Luján es una novela para leer preparado. Y, si eres madre, más.
La trama transcurre en un enclave vacacional de la sierra, una parcelita con su casa y su piscina en un valle al que acuden anualmente dos familias con sus respectivos hijos. Son viejos amigos y los niños congenian bien. Pero los niños crecen y se convierten en adolescentes y las hormonas se revolucionan y a veces, hacen cosas que no deben.
Una noche, tras una cena familiar, los mellizos de la pareja anfitriona y el hijo menor de los invitados cogen el coche para comprar hielo, sufriendo un fatal accidente de coche que desencadenará una locura de mentiras, engaños, secretos y venganzas cuyo imprevisible final nos dejará atónitos.
Marcelo Luján refleja, a lo largo de los dos años que siguen al terrible accidente, la cara más oscura y cruel de una adolescencia perversa y vengativa en la que los padres ignoran la verdad del espantoso secreto que guardan los hijos supervivientes, mientras ellos mismos guardan sus propios e inconfesables secretos.
El entorno, el valle, los árboles, el pantano, la piscina conforman por sí mismos un personaje por derecho que aporta la sensación de asfixia y siniestra sombra que lo envuelve todo. Resultan muy visuales sus descripciones, trasladándote durante la lectura al lugar consiguiendo que “veas”, como si fuera una película, el desarrollo de la acción.
El mal en estado puro, aún con rostro de “victima”, se nos va revelando sin ninguna compasión, aniquilando toda esperanza a que ocurra un milagro que cambie el que preveemos será un desenlace horrible. Y, sin embargo, nos sorprende con el giro que da al final, dejándonos doloridos, agotados, exhaustos y sorprendidos.
“Subsuelo” es una novela magistral. Escrita con un talento extraordinario y un ritmo perfectos para que no puedas dejar de leer.
Aunque sea una patada en el estómago.