Hoy os traigo una nueva aportación a la campaña creada por Mamás Full Time de #unoalmes en la que varios blogs colaboramos escribiendo una reseña sobre un libro que hayamos leído en el plazo de un mes y nos ha gustado (o no¡).
Tenía pensado hablaros de otro muy divertido (Pigmeo, de Chuck Palahnuk) pero como leo con un voracidad compulsiva, antes de cumplir el plazo de publicar me leí otro.
“El Lector” dista mucho de ser divertido. Es un libro triste y que te deja una sensación de vacío existencial cuando lo terminas.
Su autor es Bernhard Schlink y se supone que es en parte, al menos, autobiográfico. Trata de un muchacho de 15 años que a raiz de un encuentro casual, comienza una relación erótica y amorosa con una mujer de 36 años. Antes de que alguien grite escandalizada por la diferencia de edad, pongamos cierto contexto al asunto: en la Alemania de la postguerra (II guerra mundial) un muchacho de 15 años no era tan niño como puedan ser hoy (aunque tampoco un adulto, claro) y no era raro que los jóvenes iniciaran su vida sexual con mujeres mayores.
Ella siempre le pedía que le leyera libros antes de sus encuentros amorosos. Por eso se llama el lector.
La cuestión que es que esta relación un buen día termina abruptamente cuando ella desaparece, dejando a nuestro muchacho con el corazón roto rotísimo. Cuando siete años después, el chico ya hecho un hombretón, asiste al transcurso de un juicio como parte de su formación como abogado, se reencuentra con su amor adolescente: ella está encausada en uno de los juicios contra las celadoras de los campos de exterminio nazis.
Pese a que él no se pierde ni una vista y ella advierte su presencia, no hablan en lo que dura el juicio y a ella la envían presa con una condena a cadena perpetua. Durante el juicio él cae en la cuenta de un terrible secreto de ella que podría cambia radicalmente todo pero ambos callan. Mientras está en prisión, él decide grabarle en cassettes los libros que él va leyendo y los que cree que le podrían gustar a ella y así mantienen un curioso vínculo que les mantendrá extrañamente unidos toda su vida.
La lucha ética que sufre el protagonista ocupa gran parte de los pensamientos que refleja el libro, pese al terrible pasado de la que fue su primer (y más importante amor) él no puede evitar seguir unido a ella y perdonarla en ciertos aspectos, a la que vez que condena horrorizado la obvia participación en crímenes de guerra. El conflicto de sus sentimientos encontrados nos pone de manifiesto lo contradictorio del alma humana, además de las consecuencias extremas a las que te puede arrastrar guardar un vergonzante secreto y lo anestesiante que llega a ser la barbarie más salvaje mientras Europa sufría bajo el tercer reich.
Un libro duro, difícil y de amargo sabor, muy bien escrito y sumamente interesante, que paras las perezosas con curiosidad, han llevado al cine con el mismo título.